NOTA
Juntos, por una mejor sanidad y productividad ganadera
Entrevistamos a distintos protagonistas de la ganadería local para conocer su visión sobre los índices productivos actuales y conocer cómo es que avanzan en lograr mejorar, de manera conjunta, el estado de los rodeos.
“Tradición no es hacer las cosas como nuestros abuelos las hacían, sino hacerlas como ellos las hubieran hecho, con los recursos hoy disponibles”. Esta frase grafica mucho de lo que suele ocurrir en la ganadería argentina, donde, a pesar de contar con las mismas tecnologías que están disponibles en todo el mundo, aún no se terminan de emplear en el modo (el tiempo y la cantidad) en que se debería.
Esta máxima que sin dudas puede replicarse en el mundo de la genética, las pasturas y el manejo de los rodeos, aplica fundamentalmente para describir lo que ocurre con la sanidad de los bovinos en Argentina.
Hoy, con 54 millones de cabezas totales en nuestro país, deberían aplicarse unas 300 millones de dosis de distintas vacunas (más allá de la que es obligatoria contra la fiebre aftosa) para mitigar las pérdidas y mortandades que ocasionan las enfermedades en las distintas etapas productivas.
Sin embargo, en los últimos años, apenas se han aplicado un total de 120 millones de esas dosis necesarias para que los animales puedan expresar su máximo rendimiento genético y nutricional.
“Esto lo vemos en el caso de las vacunas reproductivas, las cuales se aplican solo en un 20% de las categorías animales que se debería y eso impacta en la productividad”, aseguró el Director Comercial de CDV, Fernando Matticoli, para luego insistir en que esta tendencia se replica en vacunas como las que se destinan a la prevención de la Diarrea Neonatal, cuya utilización solamente alcanza el 17% de su potencial en un esquema sanitario; o las vacunas respiratorias que apenas sobrepasan el 60% del total y el de las clostridiales, con un 77% de cobertura”.
“Y qué decir de la vacuna contra el carbunclo, la cual más allá de su bajo costo y de contar con planes obligatorios en Buenos Aires y Santa Fe, aún se emplea en el 44%, siendo además una zoonosis”, completó Matticoli.
El impacto de no vacunar
“En Argentina, de cada 100 vacas se destetan poco más de 62 terneros. ¿Qué pasó? ¿Dónde están los que no se destetan? Esta pregunta busca responder la Cámara Argentina de la Industria de Productos Veterinarios (CAPROVE).
¿Y cuál es su argumento? En el promedio de la ganadería argentina se preñan anualmente 76 vacas (de cada 100), de las cuales se obtienen 72 terneros nacidos, pero se llegan a destetar 62. Es decir: se pierden 10 animales entre nacimiento y destete. Siguiendo este planteo, se destaca que dentro de las 24 vacas no preñadas (sobre 100), en 10 casos se da por cuestiones vinculadas a la sanidad; los otros 14 son por falta de comida o por problemas de manejo.
“Hay un promedio de 4 terneros perdidos durante la preñez, siendo 3 de esas pérdidas por sanidad. En el caso de los nacimientos (72) hay 10 que no llegan al destete: de ellos, en 9 casos es por sanidad”, aseguran desde CAPROVE.
¿Es importante esto?
Claro que sí: proyectados a todo el rodeo nacional, estos datos alertan que si el total de vacas es de 22 millones, “estamos perdiendo 4,4 millones de terneros”.
Es ahora
“Entendiendo esto, desde CDV reforzamos la idea de que aplicar planes sanitarios es una decisión inteligente. Siempre de la mano del asesoramiento veterinario, los productores podrán prevenir situaciones que luego complica no solo su día a día sino también su rentabilidad”, insistió Matticoli, referente del laboratorio.
“Por esto insistimos en que somos todos los actores de la cadena los que tenemos que impulsar la productividad del sector. Siempre sobre la base del asesor veterinario, que es quien arma y ejecuta la mejor estrategia. Involucrando a un productor que debe rodearse de profesionales e invertir en tecnología para lograr la mayor productividad. A este binomio nos sumamos nosotros como laboratorio, atentos a las necesidades reales para desarrollar cada vez más y mejores productos, cerca de una cadena comercial que debe cumplir con su tarea de poner a disposición del canal los productos en tiempo y forma”, reforzó el directivo, sin perder de vista también la importancia de involucrar a los comunicadores (Ver recuadro). “Debemos insistir también para que desde los distintos medios puedan comunicar la necesidad de avanzar en que la ganadería sume tecnologías que ya están disponibles en nuestro país para mejorar los rendimientos productivos”, sumó.
Desde CDV están convencidos de que el camino comienza por mejorar la sanidad de los bovinos, cumpliendo con planes sanitarios inteligentes.
“El impacto de no tener enfermedades en los rodeos está a la vista. Tenemos más preñeces, más terneros y menos o nulas mortandades por enfermedades que se pueden prevenir, como las respiratorias, las clostridiales y el carbunclo”, aseguraron desde la empresa. Y completaron: “Más allá de los múltiples trabajos que lo demuestran, invertir en sanidad es una buena decisión, fundamentalmente en momentos complejos donde se debe proteger el capital de trabajo”.
Feedlot, la sanidad es clave
Como parte de este compromiso, desde CDVet entrevistamos también a distintos protagonistas para que nos cuenten cómo viven ellos la realidad productiva y de qué manera trabajan tranqueras adentro para mejorar sus desempeños.
Este fue el caso de Cecilia Pafundi, productora y referente de un feedlot, con servicio de hotelería, ubicado en Totoras, Santa Fe, que cuenta con una capacidad de 5.000 cabezas, las cuales se destinan al consumo interno y a exportación (Cuota 481). Además de sus modernas instalaciones, cuenta con 3 profesionales: 1 sanitarista, 1 nutricionista, 1 analista económico-productivo. ¿Alguna otra particularidad? Sí, vive en el feedlot, aportando un servicio personalizado.
“Recibimos tropas de gran parte de Argentina: realizamos una evaluación intensiva de la tropa la primera semana al arribo, donde detectamos el estado sanitario con el que llega y se envía una puntuación al propietario de la hacienda para que conozca el estado de arribo”, nos decía Pafundi. Y agregaba: “Entendemos que el productor criador está evolucionando sanitariamente, comparados a años anteriores”.
Al referirse al plan sanitario que emplean en el establecimiento, nuestra entrevistada fue contundente: “Las vacunas y la prevención de enfermedades, junto al manejo de las mismas, son fundamentales para lograr estabilidad y rentabilidad en el negocio. Se realiza la sanidad entre las 24 y 48 horas de arribados: 1 dosis de CDVac Clostridial Polivalente; 1 dosis de CDvac Feedlot Plus; antiparasitario; antibiótico; identificación electrónica y pesaje. A los 15 días se realiza refuerzo de 2ª dosis Clostridial y viral”.
Más allá de esto y a la hora de responder cuáles serían las acciones que deberían instrumentarse para aumentar la productividad, Pafundi compartió su parecer: “Para incrementar la producción de carne en nuestro país es necesario integrar producción y economía. En cuanto al productor ganadero argentino, conoce a la perfección los detalles productivos. Contamos con genética, maquinarias y profesionales de punta para el asesoramiento productivo. La ganadería, a diferencia de otras actividades, tiene ciclos largos, y necesita del financiamiento y de la apertura de mercados para poder continuar con la cadena productiva”.
¿Y desde lo productivo? Según nuestra entrevistada, es necesario contar con la presencia de profesionales que aporten asesoramiento y capacitación continua a todos los actores de la cadena ganadera.
- Capacitación sanitaria (uso de jeringas, higiene, lugar de aplicación).
- Nutricional (importancia de cada insumo, qué aporta a la dieta, tiempos de mezclado, distribución homogénea en comederos etc).
- Higiene (limpieza de comederos, bebederos, patio de comida), intercambio de proveedores y clientes.
Más difusión y mejor comunicación
Invitado por el Laboratorio CDV a ser también parte de este informe, el periodista de Radio La Red y Valor Carne, Marcos López Arriazu, compartió su visión sobre la ganadería actual y los desafíos a futuro.
“Así como hace algunos años fuimos testigos de la agricultura de precisión, hoy vemos cómo este concepto se expande a la ganadería, por medio de incorporación de tecnologías de gestión, imágenes satelitales y mejoras en la profesionalización de los sistemas”, aseguró el periodista. Y agregó: “Es cierto que la expansión es más notoria en la lechería, pero también en la cría se percibe ya que los productores se han convencido de que la solución no son los planteos extensivos”.
Asimismo y en cuanto a los medios de comunicación, López Arraizu sostuvo: “Somos la vía para que las empresas de tecnologías, los laboratorios compartan sus mensajes a los productores, de una forma didáctica y abiertos a las inquietudes. Nosotros no tenemos el rol de incentivar una mayor productividad; somos parte de la discusión, pero quienes deben motorizar son el sector público y privado. Entre todos, claro que sí se conforma un combo más que necesario para amplificar los mensajes y proponerles mejores manejos y herramientas a los productores”.
La mirada del veterinario
El MV Eugenio Sosa vive en San Gregorio, al sur de Santa Fe, y también se sumó a este artículo compartiendo su conocimiento y experiencia con rodeos lecheros y establecimientos ganaderos de carne.
“Además, capacitamos al personal en el registro y seguimiento de indicadores o índices de monitoreo y participamos de reuniones mensuales con el personal y/o encargados o dueños”, aseguró el profesional que nos dio su mirada sobre el trabajo actual de los profesionales.
“El MV necesita para hacer un análisis y un estado de situación del establecimiento, contemplar datos como porcentajes de preñez de los últimos 10 años, mermas, tactos, causas de muerte, abortos, etc. No contar con esa información es el principal problema”, nos explicó. Y reforzó: “Para armar un plan sanitario que tenga un impacto en eficiencia en la productividad lo importante es hacer un buen diagnóstico. En la pirámide de la producción la sanidad es la de mayor retorno pues, en 48 hs responde o no el animal. La sanidad es la base en el sistema de reproducción pero, es en base a la respuesta y eso hay que hacérselo saber a los productores. Los veterinarios debemos ser claros para que todos entiendan que esto respalda y le da sustento a lo que hacemos”.
“Nuestro rol es mostrar con validez lo que proponemos para que el productor tenga las herramientas para tomar decisiones. El equipo de trabajo es gran parte del éxito y el fracaso del plan. Cuando uno es técnico tiene que adaptarse al ambiente humano y al equipo de trabajo”, reforzó nuestro entrevistado, quien luego detalló los cuatros pilares sobre los cuales planificar su trabajo.
- Apoyarse en los laboratorios para hacer un buen diagnóstico para las causas de enfermedad y muerte, saber contra quién estamos peleando. Reforzar los métodos diagnósticos y no basarnos en lo empírico y de comentario.
- Involucrarnos más en el sistema, no ser un veterinario que se desentiende, no es decir preñada, vacía y me voy.
- Reforzar los controles en enfermedades como brucelosis y tuberculosis.
- Mayor claridad con lo que se hace: todo debe quedar escrito para cuando se hable con los dueños al final del año viendo la producción, si el productor no sabe qué hacer, se complica la actividad.
Finalmente y al referirse al potencial de la actividad en el país, nuestro entrevistado fue contundente: “La veo con un gran potencial y un gran futuro. La improductividad es lo malo, tenemos 24 millones de vientres pero el país desteta mucho menos. Los productores van viendo que cuando hacen las cosas bien se entusiasman. Los jóvenes, los hijos, adoptan la tecnología de procesos, de toma de información. El avance tecnológico es muy aceptado por muchos productores, es hacerles ver y entender. Puedes analizar mejor y sacar conclusiones para tomar medidas de corrección para el próximo año”.